Último Incontable subido o pan a las seis de la mañana




lunes, 11 de mayo de 2009

Atracón incontable


Nuestros padres y abuelos también nos advirtieron siempre de que es peligroso comer muy deprisa, de que hay que andarse con cuidado por eso de los empachos. Que no son buenos, vaya. Y sí, intentamos hacer caso, no pegarnos muchos atracones…la cosa es que nos cuesta ser responsables con esto del blog, y subir semanalmente lo que emitimos. Así que te proponemos hacer un poco de trampa, ahora que nadie mira, porque te traemos, así, de golpe, y sin anestesia, un montón de incontables nuevos (confiamos en que no sea indigesto).

(Asegúrate, antes de empezar, de que no se enteren los mayores…¡y que aproveche!)


Farenheit 451 y la lluvia
(emitido el 07.02.09)




Bicicletas y bicis de camino al cine
(emitido el 09.02.09, que también funciona del revés)






Discurso de Gervasio Sánchez y Reservoir Dogs
(emitido el 26.02.09)






Carnaval y Las flores del mal, de Baudelaire
(emitido el 28.02.09)


París je t'aime y el mito de Perséfone
(emitido el 02.03.09)

Beetlejuice(Beetlejuice-Beetle...) & La Blogothèque


Este programa es como esa foto que se te cae por detrás del mueble y no vuelves a ver en meses, hasta que te da por moverlo para barrer. Como eso que escribiste y mezclaste, sin querer, con otros papeles que nada tenían que ver, y hoy relees redescubriéndote. Hacemos muy poco caso al blog, es cierto, pero además es que este programa se nos había caído por la rendija que hay entre el mueble y la pared, se nos había traspapelado. Hoy te lo rescatamos:

http://www.megaupload.com/?d=HZP9KWYR




¿Sabes qué podría pasarte si pronuncias tres veces seguidas la palabra ‘Beetlejuice’? No te arriesgues, si no te va aunque sea un poco el humor negro de Tim Burton, si no te gustan las excentricidades, si prefieres quedarte con la intriga…Beetlejuice no es apto para mentes educadas.



Y además,
Imagina: un hombre camina por el desierto. A su espalda lleva lo que parece la funda de un violonchelo. Alrededor solo azul y naranja. Su cuerpo parece tender hacia la tierra: es el cansancio. Llegados a un punto, el hombre, sudoroso, se para como siguiendo una orden de algo que le supera. Mira al sol, dice ‘aquí’, posa la funda sobre el suelo, la abre y sí, es un violonchelo. Debería ser cualquier otra cosa pero es un violonchelo.