Último Incontable subido o pan a las seis de la mañana




viernes, 17 de septiembre de 2010

Revolutionary Road y 'El escudo de la ciudad', Franz Kafka

Internet tiene un qué sé yo que hace que un 'rincón' parezca muerto del todo, del todo abandonado durante meses, quizás años...y de repente ese mismo 'lugar' luzca ofertas nuevas en un escaparate sin manchas en el cristal, sin polvo en la estantería. Así, resulta sencillo desaparecer tanto tiempo (en realidad nunca nos fuimos a ninguna parte, en realidad dejamos de grabar pero creo que seguiremos incontando siempre) y reaparecer como si no hubiera pasado nada.
Además, no hace falta que entres en la tienda, ni siquiera que lleves dinero encima. Basta con que sientas un poquito de curiosidad por qué será esto (o nostalgia por lo que fue) y te asomes. Puedes dejarte puesto, si quieres, el anonimato. Nosotras jugaremos a imaginarte uno, dos, mujer, hombre...pensaremos que nos has escuchado (''no dejan comentarios por pereza, no porque no venga nadie...'') y nos alegraremos-mucho-de haber compartido un programa más contigo.
De los que en su día emitimos en Radiopolis quedan unos cuantos por subir, y está claro que no pintan nada en el almacén. Aquí tienes, pues, el Incontable 38...ojalá te guste.


''No podemos seguir fingiendo que ésta es la vida que queríamos. Teníamos planes, tenías planes, míranos: hemos caído en el mismo ridículo engaño''. Y ella está atrapada y él no quiere darse de bruces contra su propia mediocridad, y le asusta su fuerza y le asusta saber que ella es distinta, y ella no tiene valor para tomar las riendas de su vida. Y son muy infelices.

No se trata de un fracaso más del sueño americano.Se trata del fracaso absoluto del sueño: no somos mejores, no vamos de incógnito en este mundo de casas blancas y césped recién cortado. No somos mejores, nada nos espera. Hace falta valor para llevar la vida que uno quiere, hace falta valor para no limitarse a dejar pasar el tiempo. Y no somos valientes, somos como ellos, somos como todos, no somos mejores, ¿te das cuenta?, no somos distintos. Y ya no estoy hablando de los Wilder.



***



A pesar de que la segunda o tercera generación comprendió lo insensato de construir una torre que llegara al cielo, ya estaban todos demasiado comprometidos para dejar abandonados los trabajos de la ciudad...







Foto 1: fotograma de Revolutionary Road
Foto 2: del blog 'La última partida'